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Por La Época-.
El cuadro de situación del campo nacional popular se ha complicado en días previos al registro de los candidatos ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Hasta ahora son dos los que tienen seguridad de disputar desde el “progresismo”: Eduardo Del Castillo y Andrónico Rodríguez. A los que habría que sumar, si consiguen sigla, los que militan en el “evismo”, ya que su jefe político no podrá ser candidato en sujeción a la última sentencia del Tribunal Constitucional, que establece que nadie puede ser presidente por más de dos veces de forma continua o discontinua.
Hasta pocos días de la semana que termina, la posibilidad de un encuentro dentro del campo popular era muy alto. A pesar de cierto cruce de palabras entre sus dirigentes, no se había cerrado la puerta para lograr una convergencia entre las facciones de Rodríguez y de Arce, según se sostiene en círculos informados de la política local, particularmente de la izquierda y el progresismo.
El espacio para la articulación se acrecentó aún más luego de que el presidente Luis Arce declinará de presentarse a la reelección y convocará a todas las fuerzas políticas y sociales del campo popular a impulsar una unidad programática y de acción para enfrentar a la derecha y el fascismo. En un mensaje épico, histórico e inteligente, el jefe de Estado movió el tablero electoral por unos días, al punto tal que analistas y políticos de la derecha advirtieron el alcance de la jugada estratégica y advirtieron que si no se hacía lo mismo en ese frente de la política el Movimiento Al Socialismo (MAS) (forma genérica con el que se llama a la izquierda), iba a ganar otra vez las elecciones.
De nada sirvió la renuncia que Arce hizo. Días después, ni los dirigentes del MAS y el Pacto de Unidad fueron capaces de leer con meridiana claridad el contenido profundo de esa posición y cayeron en lo que los Estados Unidos y la derecha esperaban: que el campo popular se fraccione más por la vía de que el MAS vuelva a presentar un binomio presidencial. Qué difícil es ver más allá de lo aparente.
No hay duda que el mayor responsable de lo que pasa es Andrónico Rodríguez, quien asume una posición de sobreestimación de su lugar en el cuadro electoral y ejerce una práctica vergonzante de su origen como militante. El presidente del Senado piensa que no hablar del MAS y sus colores es suficiente como para ganar la adhesión de la gente. Eso no es verdad, pues es mucho menos defendible el pacto que suscribió con la derecha en noviembre de 2023 para continuar en la titularidad de la cámara alta, donde se trató el cuestionado reconocimiento de la existencia de presos políticos en Bolivia.
Rodríguez no ganará solo, es un hecho. Para nutrirse de los votos de las otras dos facciones “masistas” lo que tuvo que hacer es no lanzar descalificaciones contra el Gobierno, pues aún debilitado por los problemas actuales en la economía, la política electoral exige respeto respecto de un contendor que puede dar los puntos que se necesitan para ganar en primera vuelta. El joven político no lo hizo, con lo que será el mayor responsable si la derecha triunfa en agosto.
Opinión | La Época – Con sentido del momento histórico
