Por La Época -. El jueves pasado, poco antes de emprender su vuelo hasta la ciudad de Montevideo, capital de Uruguay, el presidente Luis Arce, / Leer más →
La entrada Una guerra económica no bien explicada apareció primero en La Época – Con sentido del momento histórico. Por La Época -. El jueves pasado, poco antes de emprender su vuelo hasta la ciudad de Montevideo, capital de Uruguay, el presidente Luis Arce, / Leer más →
La entrada Una guerra económica no bien explicada apareció primero en La Época – Con sentido del momento histórico.
Por La Época -.
El jueves pasado, poco antes de emprender su vuelo hasta la ciudad de Montevideo, capital de Uruguay, el presidente Luis Arce, ante el reclamo de una ciudadana alteña sobre los problemas de abastecimiento de alimentos, sostuvo con tranquilidad: “los cambitas nos están jugando sucio”.
La reacción de la élite cruceña no se hizo esperar. Desde el uso de epítetos y descalificaciones sobredimensionadas hasta críticas más razonables, se aprovechó la ocasión de lanzar duras críticas a la gestión del Gobierno y de retomar la idea central replicada por meses: el modelo económico ha fracasado.
Ambos hechos (las declaraciones de Arce y la respuesta de la dirigencia oriental) se dieron en medio de una medida adoptada por el Gobierno para evitar que se siga especulando con las necesidades de la población: la decisión de paralizar temporalmente la exportación de aceite hasta que ese producto altamente demandado se encuentre en los centros de abastecimiento.
El sábado pasado, ya de regreso en la sede de gobierno, Arce fue abordado por los periodistas con los cuales habló de la importancia de la primera presencia de Bolivia en la Cumbre del Mercosur en condición de miembro pleno y sobre sus declaraciones respecto al “juego sucio” contra el Gobierno. En el último tema se disculpó con un “quizás me expresé mal” y reiteró que no todos, pero sí algunos empresarios están jugando con las necesidades de la población.
Seguramente las críticas por esas disculpas a medias volverán a escena política y también en los lamentos silenciosos de ciertas autoridades de distinto nivel del Gobierno, pues es bueno admitir que si algo ha logrado el bloque dominante de ese departamento es colocar sus valores, principios, lenguaje y sistemas de creencias en el conjunto de la población, con lo que se confirma la tesis de Marx de que “las ideas dominantes en una sociedad, son las ideas de la clase dominante”.
Pocos irán al fondo de la declaración del sábado. Arce se refirió, sin la debida fuerza, a las acciones sistemáticas de sabotaje que algunas fracciones de la burguesía cruceña emplean para seguir minando la credibilidad y la estabilidad del Gobierno. Es decir, el Gobierno enfrenta una verdadera “guerra económica” en la que los sectores hegemónicos no ingresan al país los cientos de miles de dólares que generan por la exportación y ahora se disponen a generar un clima de desabastecimiento de alimentos a partir de la deliberada acción política de construir una “crisis de producción”. Y tan cierto es que el peso de esa fracción de la burguesía que hasta el expresidente Morales se ha pronunciado en contra de la suspensión temporal de la exportación de aceite, lo que en buenas cuentas significa que poco o nada le interesa al líder político los sectores más vulnerables de la población.
Arce, como economista que es, sabe que en este último año de su mandato el fuego de la oposición será mucho más intenso y tiene toda la razón. Pero sus declaraciones no terminan de ser proporcionales a la magnitud de los ataques que recibe, con lo cual pierde las posibilidades de pasar a la ofensiva política y de crear escenarios de resolución de las fuerzas sociales en pugna, olvidando que en la guerra de clases no necesariamente gana el que hace “lo políticamente correcto”.
Opinión | La Época – Con sentido del momento histórico