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La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad rechazó enérgicamente las acciones de agresión perpetradas por la flota de guerra estadounidense en aguas extraterritoriales cercanas a la Zona Económica Exclusiva de Venezuela.
Ante esta escalada imperial, la Red hizo un llamado urgente a los pueblos, gobiernos y organizaciones del mundo a repudiar estas acciones y expresar solidaridad con el pueblo venezolano, víctima de una guerra económica y militar que busca despojarlo de su soberanía y sus recursos.
Dichos ataques efectuados por la administración de Trump incluyen el bloqueo marítimo, la destrucción de embarcaciones pesqueras civiles, la masacre de tripulantes indefensos y, recientemente, el abordaje y robo de un buque tanquero cargado de petróleo —un acto celebrado por el presidente Donald Trump como “el más grande que se ha incautado jamás”.
La Red calificó estos hechos como actos ilegítimos, infundados y de piratería moderna, que violan flagrantemente la Carta de las Naciones Unidas, la Convención sobre el Derecho del Mar de 1982, el Estatuto de Roma y los principios del Derecho Internacional. En particular, destacó que el uso de la fuerza contra la integridad territorial y la independencia de Venezuela contradice los propósitos fundacionales de la ONU y que la persecución o incautación de buques en aguas internacionales carece de sustento legal alguno.
Subraya el documento además que ningún país tiene derecho a interferir en los asuntos internos de Venezuela, menos aún desplegando fuerzas militares en sus aguas y atacando embarcaciones civiles desarmadas. El movimiento indica que a través de este proceder también se viola la Declaración de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de 2014, celebrada en La Habana, que proclamó a América Latina y el Caribe como “Zona de Paz basada en el respeto de los principios y normas del Derecho Internacional”.
La Red clasifica que estos hechos constituyen crímenes de lesa humanidad, según el Estatuto de Roma, al causar “intencionalmente grandes sufrimientos” a la población civil, privarla de bienes esenciales y obstaculizar suministros vitales. A la vez, señala que estas normas, si bien aplicables en contextos de guerra, son aún más relevantes en una situación formal de paz, como la que vive Venezuela, donde un bloqueo busca deliberadamente generar hambre y sufrimiento.
El colectivo desmontó así la falsa justificación de Washington sobre una supuesta “operación antidrogas”, al señalar que ni la Unión Europea ni la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito mencionan a Venezuela como corredor del narcotráfico en sus informes más recientes. Al contrario, el 87 % de las drogas que entran a Estados Unidos lo hacen por el Pacífico, no por el Caribe.
La Red contextualizó estos crímenes como parte de una política de agresión prolongada de más de dos décadas, iniciada con el golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez, continuada con sanciones unilaterales, el bloqueo financiero, el robo de activos venezolanos en el exterior y la criminalización de sus autoridades legítimas. Subrayó que el verdadero objetivo es el control de las reservas petroleras venezolanas —las más grandes del planeta— en un momento crítico de escasez global de hidrocarburos.
“En Venezuela se juega el destino de la Humanidad”, concluye el comunicado a la vez que insta a la movilización global en defensa de la paz, el derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos.
Internacionales – La Época – Con sentido del momento histórico

