Con 17 años, Jesús Maximiliano Maraude si quiere puede comerse de una bocanada el mundo del fútbol, después de tener en los bolsillos la confianza y la personalidad para anotar un penal “picándola” la pelota en el inicio de la Copa Mundial Qatar 2025, de la categoría Sub-17, con los buscadores de talentos anotando el nombre de esta promesa boliviana, para acomodarlo en un club del extranjero en 2026.
En noviembre de este año, pasó a la lista privilegiada de los jugadores que anotaron un penal al estilo del checo Antonín Panenka, que consiste en “pinchar” o “picar” el balón, golpeando en la base, levantándola, como con una cuchara, engañando al arquero, que, como es habitual, se jugó por lanzarse a un costado, esperando interceptar un remate por la fuerza, con la cual corría el rival.
Maraude, natural de Tarija, se atrevió a hacer esta jugada, a los 72 minutos, descontando para Bolivia (2-1) contra Sudáfrica (1-3), inmortalizando su apellido. Antes de la ejecución del remate, su compañero Santos García estaba de rodillas, con la mirada en el suelo, orando o pidiendo la ayuda del Supremo, dándole un ambiente de ceremonia hasta levantar la cabeza cuando el balón besó la red.
“Estaba con confianza, tenía claro lo que tenía qué hacer”, indicó Maraude. Antes del juego con Sudáfrica, circuló un video en el que el “10” de la Verdecita ensayaba la “picadita” con la supervisión de Cristian Farah, asistente técnico. Son dos mundos distintos cuando pateas un penal en la práctica o cuando rematas en un cotejo oficial: la mirada de póquer, la carrera, el gesto técnico, el momento justo para golpear el balón, en verdad una fórmula que ha pocos les resulta y si atina se batirán las palmas por años.
“No sé si será sólo por el gol, creo que jugué bien, mostró lo que soy capaz. Si se da algo concreto con mi club, contento”, declaró Maraude, con las palabras fluyendo como un río.
La seguridad y el talento con el balón acompañan a Jesús. “Desde chiquito soñaba con vestir la verde, era un soñador”, contó Juan Alberto Maraude (nacido en Resistencia, Argentina), el padre de Jesús, que conoce todas las canchas de Bolivia, porque fue delantero por 15 años, de los 25 que vive en el país. Pasó por Ciclón, Real Mamoré, Oriente Petrolero y San José.
La comunicación es fluida entre padre e hijo, el primogénito pide consejos en cualquier momento, por teléfono o en persona, miran juntos partidos de fútbol y como todo padre trata de protegerlo, apartarlo de los comentarios y de las críticas.
“Me molestó mucho. Si el penal lo hubiera hecho un argentino o un brasileño, habrían dicho ´qué personalidad´; en cambio, aquí, entre bolivianos no se apoya mucho”, reclamó Juan Alberto, cuando se enteró de que aquel gol fue visto como una “canchereada”, en lugar de una virtud.
Desde niño, Jesús colocaba en figurillas a sus rivales, convirtiendo la pelota en una extensión de su cuerpo, inalcanzable, preciso y con rastro goleador, corriendo por las canchitas de los barrios tarijeños, en ese entonces, como jugador del Club Atlético Albiceleste.
Con 12 años, Jesús dejó su hogar, Tarija le quedó chiquita. Se mudó a La Paz para continuar su formación con Bolívar, de ahí fue transferido a Always Ready, debutando en abril de este año, frente a Gualberto Villarroel San José, con ese corte de cabello absurdo, que forma parte del ritual de bautizo en los vestuarios.
Él fue una de las figuras del Sudamericano, torneo en el cual Bolivia logró el pase al Mundial. De regreso de Qatar, Jesús anotó su primer gol en el profesionalismo, frente a Guabirá, en El Alto, donde celebró el título de campeón semanas atrás.
“Pienso que fue un año maravilloso, fue algo lindo jugar el Mundial. Acabar el año como campeón fue lo mejor para el equipo”, declaró, una vez proclamado como campeón.
Para el cierre redondo de temporada, fue convocado a la Selección Absoluta para el amistoso contra Perú (0-2), en Chincha, donde ingresó en el último cuarto de hora.
De regreso de Perú, Jesús y Juan Alberto se sentarán en su sala para analizar las ofertas que tiene del extranjero o la continuidad con los millonarios, pensando en acelerar los pasos en su carrera profesional y demostrar que está a nivel internacional.

La entrada MARAUDE, EL NACIMIENTO DE UN CRACK DEL FÚTBOL se publicó primero en El Diario – Bolivia.
Con 17 años, Jesús Maximiliano Maraude si quiere puede comerse de una bocanada el mundo del fútbol, después de tener en los bolsillos la confianza y la personalidad para anotar un penal “picándola” la pelota en el inicio de la Copa Mundial Qatar 2025, de la categoría Sub-17, con los buscadores de talentos anotando el
La entrada MARAUDE, EL NACIMIENTO DE UN CRACK DEL FÚTBOL se publicó primero en El Diario – Bolivia.
Con 17 años, Jesús Maximiliano Maraude si quiere puede comerse de una bocanada el mundo del fútbol, después de tener en los bolsillos la confianza y la personalidad para anotar un penal “picándola” la pelota en el inicio de la Copa Mundial Qatar 2025, de la categoría Sub-17, con los buscadores de talentos anotando el nombre de esta promesa boliviana, para acomodarlo en un club del extranjero en 2026.
En noviembre de este año, pasó a la lista privilegiada de los jugadores que anotaron un penal al estilo del checo Antonín Panenka, que consiste en “pinchar” o “picar” el balón, golpeando en la base, levantándola, como con una cuchara, engañando al arquero, que, como es habitual, se jugó por lanzarse a un costado, esperando interceptar un remate por la fuerza, con la cual corría el rival.
Maraude, natural de Tarija, se atrevió a hacer esta jugada, a los 72 minutos, descontando para Bolivia (2-1) contra Sudáfrica (1-3), inmortalizando su apellido. Antes de la ejecución del remate, su compañero Santos García estaba de rodillas, con la mirada en el suelo, orando o pidiendo la ayuda del Supremo, dándole un ambiente de ceremonia hasta levantar la cabeza cuando el balón besó la red.
“Estaba con confianza, tenía claro lo que tenía qué hacer”, indicó Maraude. Antes del juego con Sudáfrica, circuló un video en el que el “10” de la Verdecita ensayaba la “picadita” con la supervisión de Cristian Farah, asistente técnico. Son dos mundos distintos cuando pateas un penal en la práctica o cuando rematas en un cotejo oficial: la mirada de póquer, la carrera, el gesto técnico, el momento justo para golpear el balón, en verdad una fórmula que ha pocos les resulta y si atina se batirán las palmas por años.
“No sé si será sólo por el gol, creo que jugué bien, mostró lo que soy capaz. Si se da algo concreto con mi club, contento”, declaró Maraude, con las palabras fluyendo como un río.
La seguridad y el talento con el balón acompañan a Jesús. “Desde chiquito soñaba con vestir la verde, era un soñador”, contó Juan Alberto Maraude (nacido en Resistencia, Argentina), el padre de Jesús, que conoce todas las canchas de Bolivia, porque fue delantero por 15 años, de los 25 que vive en el país. Pasó por Ciclón, Real Mamoré, Oriente Petrolero y San José.
La comunicación es fluida entre padre e hijo, el primogénito pide consejos en cualquier momento, por teléfono o en persona, miran juntos partidos de fútbol y como todo padre trata de protegerlo, apartarlo de los comentarios y de las críticas.
“Me molestó mucho. Si el penal lo hubiera hecho un argentino o un brasileño, habrían dicho ´qué personalidad´; en cambio, aquí, entre bolivianos no se apoya mucho”, reclamó Juan Alberto, cuando se enteró de que aquel gol fue visto como una “canchereada”, en lugar de una virtud.
Desde niño, Jesús colocaba en figurillas a sus rivales, convirtiendo la pelota en una extensión de su cuerpo, inalcanzable, preciso y con rastro goleador, corriendo por las canchitas de los barrios tarijeños, en ese entonces, como jugador del Club Atlético Albiceleste.
Con 12 años, Jesús dejó su hogar, Tarija le quedó chiquita. Se mudó a La Paz para continuar su formación con Bolívar, de ahí fue transferido a Always Ready, debutando en abril de este año, frente a Gualberto Villarroel San José, con ese corte de cabello absurdo, que forma parte del ritual de bautizo en los vestuarios.
Él fue una de las figuras del Sudamericano, torneo en el cual Bolivia logró el pase al Mundial. De regreso de Qatar, Jesús anotó su primer gol en el profesionalismo, frente a Guabirá, en El Alto, donde celebró el título de campeón semanas atrás.
“Pienso que fue un año maravilloso, fue algo lindo jugar el Mundial. Acabar el año como campeón fue lo mejor para el equipo”, declaró, una vez proclamado como campeón.
Para el cierre redondo de temporada, fue convocado a la Selección Absoluta para el amistoso contra Perú (0-2), en Chincha, donde ingresó en el último cuarto de hora.
De regreso de Perú, Jesús y Juan Alberto se sentarán en su sala para analizar las ofertas que tiene del extranjero o la continuidad con los millonarios, pensando en acelerar los pasos en su carrera profesional y demostrar que está a nivel internacional.

La entrada MARAUDE, EL NACIMIENTO DE UN CRACK DEL FÚTBOL se publicó primero en El Diario – Bolivia.
Deportes archivos – El Diario – Bolivia

