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La entrada Los vuelos de la muerte: vuelos y Manuel Santillán, El León apareció primero en La Época – Con sentido del momento histórico.
Elegí dos canciones argentinas de dos súper bandas, Bersuit Vergarabat y Los Fabulosos Cadillacs, para narrar un poco de cómo fueron los “Vuelos de la Muerte” en plena dictadura militar.
A partir de la música se va generando historia, memoria histórica, recuerdos, o puedes viajar en el tiempo para entender lo que la canción menciona. Ya lo decía el exbajista de Almendra, Emilio del Guercio, para su programa “Cómo hice”, el primer archivo audiovisual de la canción popular argentina: “gran parte del mundo emocional de las personas está hecho de música y poesía, sea folklore, tango, rock o melódico, las canciones definen como ninguna otra expresión del arte popular un espacio simbólico, el que guarda las claves genéticas de la cultura. Ellas llegan a nuestros corazones y por algún motivo indescifrable algunas se quedan para siempre. De dónde vienen las canciones, estamos en la búsqueda, queremos saber cómo se produce el paso desde la soledad del creador en su casa hacia ese otro momento mágico cuando la gente toma la canción como bien de uso espiritual para acompañar los días de su vida y lo convierte en cultura”.
Los vuelos de la muerte
¿Qué eran los vuelos de la muerte?
Según el Archivo Nacional de la Memoria (ANM) de la Argentina: “en el marco del plan represivo que llevó adelante la última dictadura cívico-militar en Argentina, las Fuerzas Armadas organizaron periódicamente vuelos clandestinos que tenían como misión arrojar al río o al mar a las y los detenidos-desaparecidos, en la mayoría de los casos todavía con vida, esta práctica era al mismo tiempo un instrumento para llevar adelante el exterminio a gran escala de prisioneros y prisioneras y una estrategia para ocultar toda huella de los crímenes perpetrados por la Junta Militar”. [1]
Los llamados “Vuelos de la Muerte” alcanzaron una intensidad particular en Campo de Mayo. Mucho tuvo que ver en ello que la guarnición contara con un aeródromo propio, ubicado en las instalaciones del Batallón de Aviación 601.
Según se pudo comprobar judicialmente gracias a los testimonios de sobrevivientes y exconscriptos, las víctimas eran conducidos hacia allí en horarios nocturnos, grupos de personas secuestradas en El Campito y en otros espacios de cautiverio clandestino del área de Buenos Aires, para su eliminación física.
Continúa la ANM: “a lo largo de la dictadura se utilizaron distintos tipos de aeronaves (incluso helicópteros, los Bell UH-1H Huey) para los vuelos de la muerte que partían de Campo de Mayo. Desde 1977 la práctica estuvo a cargo de los Fiat G-222, flamante incorporación de la flota del Ejército argentino. De mayor porte que sus predecesores, los Twin Otter, estos aviones permitieron aumentar la cantidad de víctimas que se embarcaban en los vuelos clandestinos y con ello generaron un salto cualitativo en la maquinaria de exterminio con base en la guarnición”.
El Manuel Santillán
En 1992 Los Fabulosos Cadillacs publicaron el disco El León, un personaje entrañable comparable con el Pedro Navaja de Rubén Blades. Además hay alegorías típicas del cine político argentino, como la resistencia y el enfrentamiento con la Policía, el pueblo marchando por las calles y el destino de marginalidad y lucha social representando por el héroe que da su vida por un mundo mejor. “En el video de la canción, que fue realizado en 8mm, participaron punks y el Sr. Flavio aparece con remera del Che Guevara”.
El Manuel Santillán, El León, narra la historia de un personaje en conflicto con la Policía, en persecución en un callejón. A pesar de la tensión y el enfrentamiento, antes de morir Santillán pronuncia palabras que desconciertan a los oficiales presentes, haciendo énfasis en el llanto de la gente que se dirige al mar.
“El León está escondido en el callejón y sabe bien lo que le va a pasar, entonces saca su revólver y va a disparar, la Policía lo rodea sin tregua, lo buscan por ajuste de cuentas y ese sargento que, sin vacilar, abre fuego y le da”.
Lo curioso es que antes de morir El León Santillán pronunció palabras, ante los oficiales que desconcertados miraba: “queridos enemigos de siempre, dejo este mundo de dolor, nunca se olviden que el llanto de la gente va hacia el mar. Van al mar, van al mar (lo dijo El León), llanto y dolor, sufrimiento de un pueblo, se ahoga y se hunde en el mar”.
La segunda estrofa es la parte más fuerte, porque hace alusión a los “Vuelos de la Muerte”. La canción evoca un mensaje emotivo sobre el sufrimiento del pueblo que se desvanece en el mar, generando una reflexión de las consecuencias de la violencia y la importancia de recordar el impacto de nuestras acciones en los demás.
Tremenda canción para que Argentina y el mundo nunca olvide lo que pasó. En ese momento el grupo estaba integrado por Vicentico como vocalista, Flavio Cianciarulo en bajo, Mario Siperman en teclados, Daniel Lozano en trompeta, Sergio Rotman en saxo, Aníbal Rigozzi en guitarra, Fernando Ricciardi en batería y las flamantes incorporaciones fueron Gerardo Rotblat en percusión y Fernando Albareda en trombón.
Vuelos
Se dice que la banda argentina Bersuit Vergarabat en 1998 hizo justicia a casi cinco mil argentinos que fueron ejecutados por los “Vuelos de la Muerte” describiendo en una canción uno de los exterminios más crueles y tristes que recuerde la Región.
La canción de la Bersuit empieza así: “Vos me estás mirando y yo voy a caer, colgado en tu sien. Vos me estás mirando y yo voy a caer. No me ves, pero ahí voy a buscar tu prisión de llaves que solo cierran. No me ves, pero ahí voy a encontrar tu prisión”.
Este relato es sumamente importante, y vincula a René Pepe Céspedes, el bajista y uno de los fundadores de la Bersuit, de quien se dice que “una tarde, mientras viaja en colectivo, escribe una de las letras más comprometidas y sentidas de la banda. El viaje no le alcanza y se baja del colectivo tres paradas después de la suya, porque quiere terminarla. Está inspirada en el libro El Vuelo, de Horacio Verbitsky, que cuenta la dramática confesión de un oficial de la marina de la última dictadura militar que tiró 30 personas al mar desde el aire, en los tristemente célebres vuelos de la muerte”.
Los desparecidos eran arrojados al mar vivos, dopados, casi inconscientes. Una de las víctimas, antes de ser arrojada, se paró y miró a su victimario a los ojos. No dijo nada, pero el oficial arrepentido nunca pudo olvidar esa mirada. “Vos me estás mirando y yo voy a caer… siempre me vas a ver”.
1 “Los vuelos de la muerte en Campo de Mayo”. Archivo Nacional de la Memoria. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Recuperado de: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2023-11-13-icm6-los-vuelos-de-la-muerte_compressed.pdf
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