Hay libros que nacen con vocación de recuerdo y terminan convirtiéndose en compañía. “Sin mapa y con patas”, de la autora mexicana afincada en Valencia Lorelí Ojeda Pulido, pertenece a esa categoría poco frecuente: la de las historias escritas sin pretensiones literarias excesivas, pero con una honestidad que conecta de forma directa con el lector. Publicada recientemente, la obra se presenta como un relato de viaje que va más allá del recorrido físico del Camino de Santiago para adentrarse en una experiencia vital marcada por la introspección, el afecto y la transformación personal.
Lorelí Ojeda nació en Ciudad de México y reside actualmente en Valencia, España. Aunque siempre había escrito para sí misma, fue este libro el que la impulsó a dar el paso de publicar un libro por primera vez. El resultado es una obra que se sitúa entre las memorias personales y el relato de viaje, construida a partir de notas, recuerdos y emociones recogidas durante el Camino, vivido junto a su esposo y su perra, Chila.
Un relato de viaje que se convierte en espejo
“Sin mapa y con patas” recorre el Camino de Santiago paso a paso, pero su verdadera ruta es interior. La autora decidió emprender este viaje como forma de cerrar una etapa y reconectar consigo misma, sin imaginar que acabaría convirtiéndose en un libro. La escritura surgió inicialmente como un regalo para su “yo del futuro”, una manera de no olvidar lo vivido ni lo sentido. Sin embargo, a medida que las palabras tomaban forma, la historia empezó a reclamar ser compartida.
La obra describe jornadas de cansancio, momentos de duda, instantes de alegría y pequeñas revelaciones que aparecen cuando el cuerpo avanza y la mente se aquieta. No hay épica forzada ni lecciones explícitas. La fuerza del libro reside en su tono directo, en la forma en que la autora se permite mostrar fragilidad, cansancio y también gratitud. Esa naturalidad convierte la lectura en una experiencia cercana, especialmente para quienes han caminado el Camino o sienten la llamada de hacerlo.
Uno de los elementos más destacados es la presencia de Chila, la perra peregrina, que aporta una mirada distinta al relato. Su curiosidad, su fidelidad y su manera de habitar el Camino funcionan como un contrapunto luminoso que acompaña toda la narración y refuerza el vínculo emocional con el lector.
Una primera publicación que encuentra su lugar
Aunque se trata de su primera obra publicada, “Sin mapa y con patas” ha encontrado una recepción muy positiva entre lectores que valoran las historias reales contadas sin artificio. Las opiniones coinciden en señalar la facilidad de lectura, la voz personal de la autora y la capacidad del libro para despertar recuerdos, reflexiones o incluso el deseo de emprender un camino propio, literal o simbólico.
La estructura en forma de diario, escrita en primera persona, contribuye a esa sensación de cercanía. No es un manual ni una guía sobre el Camino de Santiago, sino una vivencia narrada desde dentro, con respeto por los silencios y por los momentos que no necesitan explicación. En este sentido, la obra se diferencia claramente de otros títulos del género y aporta una mirada honesta sobre lo que significa avanzar sin tener todas las respuestas.
Para muchos lectores interesados en cómo publicar un libro desde la experiencia personal, el recorrido de Lorelí Ojeda resulta especialmente inspirador: escribir sin expectativas comerciales, confiar en la verdad del propio relato y permitir que la historia encuentre a sus lectores.
Letrame Grupo Editorial, acompañar el proceso creativo
La publicación de “Sin mapa y con patas” ha sido posible gracias al acompañamiento de Letrame Grupo Editorial, una editorial que apuesta por voces auténticas y proyectos que nacen desde la experiencia vital. En este caso, el trabajo editorial ha respetado el tono original del texto, cuidando la edición sin diluir la voz de la autora.
Desde Letrame destacan el valor humano de la obra y su capacidad para conectar con lectores muy diversos: peregrinos, amantes de los animales, personas en búsqueda personal o simplemente lectores que agradecen historias reales bien contadas. El proceso de edición y publicación ha permitido a la autora transformar un cuaderno íntimo en un libro que ahora recorre su propio camino.
Mirar hacia adelante, seguir caminando
Tras esta primera experiencia, Lorelí Ojeda no descarta volver a publicar. La escritura, como el Camino, ha demostrado ser un espacio fértil. La autora contempla la posibilidad de una segunda parte que continúe el recorrido hasta Finisterre, o de nuevos proyectos que sigan explorando la relación entre viaje, memoria y transformación.
“Sin mapa y con patas” no pretende ofrecer respuestas universales. Su mayor logro es recordar que avanzar, incluso sin certezas, ya es una forma de llegar a algún lugar. Y que compartir el camino, con personas —o con patas—, puede convertir la experiencia en algo que merece ser contado.

