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LA HABANA (Xinhua) –. Ante un complejo escenario económico, Cuba ha centrado sus limitados recursos este 2025 en una estrategia integral para recuperar el Sistema Electroenergético Nacional y avanzar en su transición energética, con el objetivo de garantizar la soberanía del país.
El año en la isla caribeña ha estado marcado por frecuentes apagones. El sistema eléctrico ha experimentado repetidas fallas, totales y parciales, debido a una infraestructura frágil, el equipamiento obsoleto de las termoeléctricas y los fenómenos meteorológicos.
Esta inestabilidad, además de impactar la vida cotidiana, ha frenado la economía, al interrumpir jornadas laborales y detener producciones, elevando el tema entre las máximas prioridades de la agenda pública.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, explicó que la visión gubernamental va más allá de solucionar los apagones; busca una transformación estructural que conduzca a la independencia de los combustibles fósiles.
En este periodo, el país reporta el incremento de la generación distribuida desde unos 300 megavatios (MW) hasta superar los 1.000 MW, respaldada por más de 11.000 grupos electrógenos.
En energía solar, se avanza en un plan de inversiones para cerrar el año con 51 parques fotovoltaicos y una potencia instalada superior a los 1.000 MW, aportando más del 30 por ciento de la generación en horas pico.
Se han instalado 5.000 sistemas fotovoltaicos en 2.200 viviendas aisladas que carecían de acceso a este servicio, como parte del programa social «Plan Turquino».
Además, se prevén incorporar otros 2.800 sistemas a hogares con servicio limitado.
La búsqueda de financiamiento ha sido otro pilar en la estrategia nacional de recuperación del Sistema Electroenergético Nacional, logrando movilizar más de 1,100 millones de dólares. Estos fondos han permitido, entre otras obras, recuperar la base de supertanqueros de Matanzas dañada en el incendio, mejorando la logística de combustibles.
De acuerdo con el ministro De la O Levy, se cerrará el año con un incremento de más de 80,000 toneladas de crudo y gas, un paso vital para alimentar las termoeléctricas cuya recuperación se ejecuta en paralelo.
Varios de estos proyectos se han materializado mediante cooperación internacional.
El obstáculo del bloqueo
Las autoridades cubanas señalan al bloqueo económico de Estados Unidos como el principal obstáculo para superar la crisis energética, al exacerbar problemas internos como la infraestructura envejecida y la lenta transición renovable, impidiendo el acceso a tecnología, financiamiento y suministros.
La viceministra del Ministerio de Energía y Minas, Tatiana Amarán, detalló que el bloqueo impacta el mantenimiento de las centrales al restringir la compra directa de equipos de última generación para termoeléctricas, cuyos fabricantes utilizan componentes estadounidenses.
Esto encarece y retrasa extraordinariamente las adquisiciones.
«Un componente que globalmente cuesta 500 dólares, a Cuba puede llegar a costarle 10.000 (dólares) y tardar meses en arribar», ejemplificó Amarán.
Añadió que la presión financiera ha provocado incluso la cancelación de contratos clave, como la anulación en 2023 de una venta europea de repuestos que hubiera aportado más de 100 MW, pese a que Cuba ya contaba con el financiamiento.
Las dificultades se extienden al abastecimiento de combustible, ya que los buques petroleros que viajan a Cuba enfrentan amenazas de sanciones, causando retrasos y dejando indisponibles más de 300 MW diarios de generación distribuida.
La transición hacia energías renovables también se ve obstaculizada, ya que los bancos se niegan a procesar transacciones para tecnología solar o eólica y se ha denegado la asistencia técnica por el origen estadounidense de algunos componentes.
Las autoridades cuantifican el impacto financiero del bloqueo: estiman que con cinco días de su costo se podría financiar la reparación de una central termoeléctrica valorada en 100 millones de dólares.
El presupuesto anual de mantenimiento del sistema, calculado en 250 millones de dólares, equivale a 12 días del impacto del bloqueo, y un mes de este impacto representaría el costo total del Plan de Inversiones de Energía Solar para 2025, proyectado en 600 millones.
Frente a la crisis, se activó un plan estratégico avalado por el Consejo de Defensa Nacional para priorizar el suministro eléctrico a sectores clave como la producción de alimentos y las exportaciones, en una visión de largo plazo que busca la sostenibilidad y soberanía energética.
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