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Por Esteban Ticona Alejo *-.
Los últimos días presenciamos la disputa interna entre el presidente Rodrigo Paz y el vicepresidente Edmand Lara. En medio de varios altercados, y con varios actores, se visibiliza que detrás y adelante de Rodrigo Paz están los viejos políticos neoliberales, no solo en edad, sino también en las ideas primitivas vigentes.
Más visibles que nunca están los políticos miristas, que no tuvieron vergüenza de juntar los “ríos de sangre”. Personajes como el archimillonario Samuel Doria Medina (apodado qhincha o mal agüero) y sus seguidores sacan el pecho clandestinamente, porque le impusieron a Paz sus asesores “meritorios” (José Luis Lupo, Gabriel Espinoza, Wilson Santamaría, entre otros y otras), ahora ministros y viceministros. Falta que el exministro de Gobierno de Jeanine Áñez, Arturo Murillo (exreo en los Estados Unidos por corrupto), sea restituido en su cargo. Como en buenos tiempos neoliberales, cuando sin ningún estupor se habilitaban siglas partidarias, hoy aparecen restituidos los partidos políticos Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y Acción Democrática Nacionalista (ADN) por parte del Órgano Electoral Plurinacional (OEP). ¿Acaso no eran imparciales los miembros del OEP o se arriman al gobernante de turno?
Lo más paradójico, el Partido Democrática Cristiano (PDC), sigla con la que ganó Paz, no tiene ningún ministro en el nuevo gabinete. Ante tanta deslealtad o usufructo descarado del poder anuncian que se retirarán del Gobierno. Los partidos políticos solo han servido como espacios de habilitación de candidatas y candidatos, en medio de denuncias y de altos cobros económicos. ¿Cómo se regula esta forma descarada de empresas-partido que solo sirven o son una forma de ganar mucho dinero? Esta práctica cuasi institucionalizada ¿es otra manera de emprendimiento capitalista?
La dinastía de los Paz, como el padre de Rodrigo, el expresidente Jaime Paz Zamora (y su legendario operador Óscar Eid), está más vivilla que nunca. Jaime, sin aturdimiento, habla de “carnear” seres humanos, haciendo explícita alusión a Evo Morales. ¿Será que es una nueva manera de justificar cuando su razonamiento está más senil que nunca? Este dinástico, al enterarse que posiblemente las rentas vitalicias a los expresidentes sean suspendidas, declaró: “si me quitan mi pensión, ¿con qué vivo?”. Incluso dijo es “falta de sentido de patria” a la posible nulidad de la renta vitalicia. ¿Patria es usufructuar dinero del Estado sin desfachatez? Pareciera que el expresidente Paz Zamora actúa con la lógica parasitaria de algunos beneméritos de la patria, de tener esposas jóvenes y tener o inventar hijos para que no falte la renta. Toda su familia se acostumbró a re-vivir del Estado, aunque a ese Estado lo llaman “cloaca”. Alguna influenciadora acuñó el término de “la familia dinástica cloaquera”.
La rebeldía del vicepresidente Edmand Lara es muy interesante. Está chocando con la visión subordinadora de la dinastía política de los Paz o similares. Seguramente, cuando Rodrigo Paz encontró como su acompañante al capitán Lara pensó que sería muy fácil someterlo, porque proviene de una región como Villa Rivero, en Cochabamba (también fue el lugar de origen del expresidente Gualberto Villarroel), y es policía de bajo rango.
El origen político de Lara es el cuestionamiento a las políticas corruptas de la Policía y de ser maltratado por sus superiores. Este arranque no ha terminado al ser posesionado como vicepresidente. Hoy, una clase política, los Paz, los Doria Medina… (incluidos algunos indios e indias desclasados), pretende callarle la boca y proyecta separarlo de su cargo. Pero no se da cuenta que detrás de Lara hay un componente social y político inmenso, sobre todo jóvenes dispuestos a barrer la plutocracia política senil incluso en las calles.
Se oye muchas “voces periodísticas” (se ha emprendido una especie de campaña) que dicen “que dialoguen entre Paz y Lara para limar sus diferencias”. No son simples las diferencias, son grandes percepciones del quehacer político. Lara está aprendiendo en la práctica lo que es la política basura y capitalista y “con los de siempre”. Lo está rechazando y cuestionando. Esta forma de discrepancia no se soluciona con una llamada telefónica entre ambos, no. Posiblemente, la política en y desde las calles defina esta contradicción. ¡Qué paradoja del presidente Rodrigo Paz, que profesaba extirpar el “Estado tranca” y hoy está entrancado en su política de “capital para todos” ! ¡Capitán Lara, jupa waynuchuraxa wali jisk’achapxi uka jach’a lunthat pulituk jaqinakaxa! Amuyuñaniya, ¿kamachsnasa jiwasanakaxa?
* Sociólogo y antropólogo aymara boliviano
Opinión – La Época – Con sentido del momento histórico
